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Una sola pregunta, cuándo es poderosa puede cambiar el rumbo de tu vida.
En esta reflexión te propongo 6 interrogantes que harán que tu cerebro y tu corazón logren hacer las paces. Todo el mundo sabe hacer preguntas. Eso está claro. Pero, ¿podemos, en cambio, afirmar con seguridad que nos hacemos las preguntas correctas?
Esas preguntas que son capaces diferenciarnos, de encender nuestra conciencia, de descorrer las cortinas de nuestra mente para que la certeza se abra paso entre todas nuestras dudas.
Esas preguntas que nos hablan de frente y sin rodeos, que viajan directas al corazón y que, en un salto cuántico, despejan el camino que lleva desde nuestro intelecto hacia nuestro auténtico ser.
Es fundamental que tomes todo el tiempo que puedas para encontrar esas preguntas, porque hacértelas te ahorrará muchísimo tiempo.
Cuando sientas que tu vida está atascada, las buenas preguntas son como un machete que abre camino através de la jungla de tus pensamientos.
Te conducen hacia el claro del bosque.
Desactivan el piloto automático y te ponen a funcionar en modo manual. Te regresan las riendas. Y, en definitiva, te hacen estar más vivo o más viva, ser más tú.
Las preguntas esenciales derriban los muros que aprisionan tu conciencia y logran que ésta se expanda y abarque una realidad menos condicionada y más plena.
Las preguntas que te presentaré acontinuación han conseguido que las vidas de muchas personas hayan cambiado de dirección.
Así que presta toda tu atención, porque puede que entre ellas se encuentre la que te cambie la vida a ti y ponga tus pies en el camino hacia tus sueños.
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La primera pregunta te ayudará a rescatar tu autoestima:
¿Estoy siendo yo o buscando aprobación?
Carl Jung decía que nacemos originales y morimos siendo copias. Y es que, sin lugar a dudas, nuestra espontaneidad y autenticidad fueron pisoteadas y enterradas durante nuestra niñez bajo una montaña de noes.
En nuestros primeros años de vida, aprendemos a amarnos a través de los ojos de los demás y, después, cuando atravesamos el umbral hacia la edad adulta, seguimos dependiendo de la aprobación de las personas que nos rodean para sentirnos válidos y construir nuestra autoestima.
Sin embargo, la palabra autoestima comienza por «auto», y nada tiene que ver con la opinión que los otros tengan sobre ti, sino con la capacidad que tengas de darte permiso para ser tú.
Recuerda que la vida consiste en vivirla a tu manera, no en obtener «likes».
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La segunda pregunta te devuelve elcontrol sobre tu tiempo:
¿Es urgente o importante?
No te engañes con la afirmación de que no tienes tiempo. Todas y todos disponemos exactamente de la misma cantidad de horas al día. Así que, ¿no será que lo que te sobran son tareas?
Reconócelo, la solución no está en estirar la cantidad de horas, sino en aligerar tu listado de pendientes. De entre todas las cosas que quisieras hacer, es inevitable tener que escoger.
Así que elige siempre hacer lo que esimportante para ti. El tiempo es un recurso demasiado limitado para malgastarlo en asuntos sin importancia.
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La pregunta que viene a continuación te hará tomar conciencia de sí estás actuando desde la cabeza o desde elcorazón:
¿«Tengo que» o «quiero» hacerlo?
Imagina que eres un coche tirado por caballos. El carro representa tu vida, el cochero tu mente y los caballos tus emociones. Si quieres avanzar y llegar a alguna parte, no desenganches los caballos del carruaje.
¿No ves que tu vida se quedará sin pasión y todo se tornará lento y pesado al quedarte solo con el cochero?es decir, tu mente? para tirar del carro?
Mientras que el «tengo que» provienede la razón, él «quiero» nace del corazón.
¿Con cuál de los dos crees que llegarás más lejos?
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Ahora llega el turno de afrontar tus miedos:
¿Me atrevería si supiera que no puedo fracasar? ¿Lo haría si tuviese el éxito asegurado?
Si no arriesgas no ganas. Si no lo intentas, lo que tienes garantizado es el fracaso.
Además, si las cosas no salen como esperabas,siempre puedes volver a intentarlo deotra forma.
Con frecuencia, dejamos dehacer las cosas por temor a lasconsecuencias, sin pensar en las consecuencias que acarrea dejar de hacerlas.
Si llevas mucho tiempo dándole vueltas a un mismo problema, ésta es tu pregunta.
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¿Estoy probando algo nuevo cada vez o repito siempre los mismos pasos?
Cuando éramos apenas unos bebés y queríamos algo, llorábamos. Y si no lo conseguíamos al instante, llorábamos con más fuerza hasta que nos lo daban. Esa lógica tan simple es la que solemos emplear de adultos en nuestras vidas.
Llegamos a la conclusión de que si probamos algo y no funciona, entonces la solución debe estar en intentar lo mismo con más ahínco.
Al final, lo que obtenemos de esta manera es una colección de resultados que no deseamos y el firme convencimiento de que lo que tanto deseamos es algo que se encuentra por completo fuera de nuestro alcance.
¡Piensa! ¿Y si pruebas de otra forma?
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Por último, una pregunta que todos y todas deberíamos hacernos a cada paso:
¿A qué sabe este momento?
La vida es un plato que se va cocinando a base de instantes.
Pequeños y fugaces bocados de consciencia cuyo sabor permanecerá en nuestras memorias cuando los hayamos dejado atrás.
Cuando prestas atención al presente, saboreas realmente.
Y sólo los momentos que hayas saboreado serán los que hayas vivido de verdad, los demás son puro relleno. De ahí la importancia de detenerse a observar, a degustar, a desarrollar la atención plena.
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De ahí la importancia de estas preguntas.
Créeme, las preguntas te pueden salvarla vida.
¿A qué te han sabido estas preguntas?
¿A qué sabe tú vida?
Recuerda,
Es Tu Elección Vivir la Vida al Máximo
Pastor Cortés
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– Pastor Cortés