Todos los coaches nos pueden dar una enorme lista de personas que parecían tener todo el talento, recursos y determinación del mundo, pero que por alguna razón, nunca pudieron alcanzar sus metas. Estas personas daban sus discursos, andaban el camino (por un tiempo). Pero repentinamente, desaparecieron en el horizonte, quedando solo como un recuerdo distante.
En mi experiencia, es el miedo al fracaso lo que hace que nos detengamos donde estamos, no obstante que ya nos hemos hecho de recursos y hemos desarrollado habilidades.
De pronto pensamos que es mejor quedarnos donde estamos, seguros y estables, que aventurarnos a lo desconocido y posiblemente fracasar en lo que queremos emprender. Encontramos las mejores excusas de porque eso no es posible tales como:
“No estoy Capacitado”
“No tengo Tarjeta de Crédito”
“No hablo inglés”
“No Conozco a Nadie”
“Esto no se debe empezar en el invierno”
Una muy tierna…
“No tengo tiempo”
Una muy lógica…
“Hasta que mi bebé se vaya al kinder, mi hijo mayor a la universidad y mi esposo muera”
Siempre hay una razón por la cual ahora no es el mejor momento. Pero la razón real es que simplemente tenemos miedo de no lograr nuestras metas y quien sabe que pasaría si fracasamos.
Irónicamente, es nuestro miedo al fracaso lo que nos hace fracasar. Y aún así sobrevivimos, atrapados en nuestro “huevito”. Por lo que parece que el fracaso no era tan malo ¿verdad?
¿Cómo eliminar el miedo al fracaso?
Cuando trabajo con personas que tienen miedo, muchas veces hacerles preguntas directas es el mejor método para hacerlos reconocer su obstáculo:
Si no lo haces ahora, ¿cuando?
Si no lo haces tu ¿quién?
Si tienes esta meta en tu corazón, entonces está ahi por una razón. Tu puedes ser la única persona que puede convertir esa meta en realidad en la forma exacta en que tu la soñaste. Si tu no lo haces, nadie lo hará para ti.
La verdad es que, nunca habrá un tiempo perfecto para comenzar. Y la verdad es que siempre tendrás obstáculos en el camino. Todos los tenemos. Pero tienes que alcanzar un punto en el que quedarte donde estás y nunca desenvolver tu sueño es más doloroso que cualquier riesgo y topiezo en el camino. Entonces y solo entonces, estarás preparado para seguir adelante. Y te aseguro que te darás cuenta que enfrentarte a tus miedos no era tan terrible como creías que podía ser.
