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Amar tu trabajo hace la diferencia.
Si disfrutas lo que haces, tendrás éxito. Si no disfrutas lo que haces, no tendrás éxito.
Tus posibilidades de éxito son directamente proporcionales al grado de placer que obtienes de lo que haces.
Si tienes un trabajo que odias, enfrenta el hecho de lleno y salte de ahí. Nunca lograrás un verdadero éxito a menos que te guste lo que estás haciendo.
El éxito en su forma más alta y noble requiere paz mental, disfrute y felicidad, que se produce solo cuando encuentras el trabajo que más te gusta.
No debes “pagar” el precio del éxito. Siempre debes disfrutar el precio del éxito.
El trabajo es amor hecho visible.
Tu éxito depende de tu alegría.
Y recuerda,
Es tu Elección Vivir la Vida al Máximo
Pastor Cortés
Ser Tu Propio Coach