No es necesario superar las creencias limitantes para actuar. Pensar que necesitas poner todas tus creencias en orden es realmente solo una táctica dilatoria, ¿no es así? Arreglar tus creencias es un requisito previo innecesario para la acción.
Pensar que primero necesitas arreglar tus creencias es como convencer a un padre dudoso de que saldrás y triunfarás. Nada de lo que digas los convencerá. Incluso si sales y tienes éxito, probablemente no se convencerán.
Si le dices a la gente que vas a ser emprendedor, por ejemplo, y se ríen de ti, ¿necesitas convencerlos primero? ¿Necesitas conversar con ellos para demostrar tu compromiso?
Realmente no.
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¿Que hacer cuando “partes de ti dudan de tu éxito?
Simplemente debes decir: “¡Al diablo sus tontas dudas!” Y ocúpate tomando medidas sólidas para tu proyecto.
¿Tu enorme éxito futuro los convencerá eventualmente?
Probablemente no, incluso si logras un gran éxito.
Todavía encontrarán formas de dudar de ti o de minimizar o descartar tu éxito.
Walt Disney lamentó que su padre, Elias Disney, nunca entendió el éxito que Walt logró. Sin embargo, eso no impidió que Walt tomara medidas. Walt tuvo mucho éxito y fracasó mucho. Incluso después de ganar muchos premios de la Academia, Walt aún no pudo obtener la aprobación de su padre.
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¿Y si fracasas muchas veces?
¿Y qué pasa si tus fracasos son más grandes y más frecuentes que tus éxitos? ¡Oh no! Entonces la gente puede decir: “¡Te lo dije!” ¿A quien le importa? Esa es una respuesta sin sentido. Es fácil predecir el fracaso de otra persona, entonces, ¿por qué alguien debería obtener crédito por eso?
Te mereces mucho más crédito por tomar medidas y aprender a través de la experiencia.
¿Cuál es la naturaleza de tu relación con tus propias preocupaciones, dudas y creencias limitantes?
¿Estás persiguiendo la aprobación de partes de ti mismo que nunca te la otorgarán?
¿Te preocupa que estas partes de ti digan finalmente: “Te lo dije”?
Nada de eso importa.
Estas no son razones válidas para frenar. Algunas partes de ti nunca serán convencidas, y nunca necesitan serlo.
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No busques aprobación, haz lo que tu intuición te dicte.
Deja de buscar la aprobación de las partes dudosas y poco cooperativas de ti. No pienses que nunca probarás que están equivocados tampoco. Simplemente pon los ojos en blanco hacia ellos, como lo haría una persona de acción hacia cualquier escéptico perezoso.
Si aún deseas interactuar con esas partes de ti, házlo mientras estás en movimiento, no como un requisito previo para la acción. Puedes ser más afortunado que Walt. Tal vez tu Elías interno finalmente llegue y diga: “Me equivoqué al dudar de ti. Estoy tan orgulloso de ti. Tu éxito es asombroso. Nunca supe que podías volar con esas grandes y flexibles orejas tuyas.
Recuerda,
Es tu Elección Vivir la Vida al Máximo
Pastor Cortés
Ser Tu Propio Coach
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