La Mejor Versión De Ti Mismo

Platiquemos de la famosa zona de confort.

Muchas veces se toca este tema como algo vacío en contenido, debido principalmente a la manera en la que es presentado, y a menudo genera cierta controversia.

Diversas personas critican el concepto de zona de confort clamando que, en la vida, no hay necesidad de estar constantemente saliendo de la zona de confort, empujando los límites, corriendo riesgos, etc.


¿Qué es la zona de confort?

La zona de confort es, en esencia, ese entorno físico y mental en el que te sientes totalmente seguro y cómodo.

Es el lugar, físico y mental en el que pasas la mayor parte del tiempo desarrollando tus tareas mundanas.

Para que nos entendamos todos, es tu territorio.

Y elijo esta palabra concretamente porque quiero que ahora pienses en la zona de confort de una manera un poco más primitiva:

Quiero que la extrapoles al mundo animal y pienses en lo que es la zona de confort para una manada de gorilas.

Los gorilas, como la una gran parte de los mamíferos, se organizan de manera territorial.

Su territorio es su hogar, es donde desarrollan su día a día, donde procrean, donde se alimentan, donde duermen.

Todo lo que está fuera de su territorio es desconocido y, por ende, peligroso, y esa es la razón por la que no acostumbran a salir de ahí.

Seguro que esto te suena familiar.

Cuando sales de tu barrio, de tu ciudad, de tu país, cuando entras en una sala desconocida llena dedesconocidos, cuando te encomiendan una tarea en el trabajo que no sabes hacer.

Todo esto son situaciones que están fuera de tu territorio, y tu “yo” más primitivo las percibe como ciertamente amenazantes.

Y eso es lo que te hace sentir incómodo cuando las encaras, y la razón por la que generalmente piensas que evitarlas es la decisiónmás sabia.

El punto aquí es que la evolución de la sociedad humana ha hecho que la mayor parte de estas situaciones no sean peligrosas de ninguna
manera, y sin embargo ese “yo animal”que llevas dentro es incapaz de percibirlas como tal debido a su naturaleza.

Y aquí es exactamente donde surge el problema.

El momento en el que permites a ese animal que llevas dentro tomar el control de tus pensamientos y tus decisiones, es entonces cuando percibes la salida de la zona de confort como algo absurdo y completamente innecesario, como una moda tonta.

Pero quiero que, si no lo has hecho ya, pienses en esto desde el punto de vista racional que te permite mantener tu condición de persona.

Y quiero empezar aclarando algo que para mí es muy obvio pero parece no serlo para muchas otras personas. Salir de la zona de confort no es sólo bañarse en agua fría o lanzarse en paracaídas.

Salir de la zona de confort es mucho, mucho más que eso. Y no voy a usar ningún tipo de psicología positiva ni ejemplo barato para demostrártelo, voy a hablar de situaciones reales de tu día a día, y voy a empezar, por el amor.

El amor es salir de la zona de confort

Porque el amor también es salir de la zona de confort, desde que empieza, hasta que termina.

Cuando te gusta una persona y quieres decírselo, o quieres besarla por primera vez, necesitas armarte de valor y salir de tu zona de confort.

También, cuando él o ella te pide que vayas por primera vez a cenar a su casa, con sus padres, estás saliendo de la zona de confort.

Cuando le pides matrimonio a tu pareja en un restaurante o un lugar concurrido, con todos esos ojos mirándote, estás saliendo de tu zona de confort.

Porque para crecer en el amor es estrictamente necesario salir de la zona de confort una y otra vez.

Y esto no es algo sujeto a debate, es un hecho, y no escucho a nadie criticar la zona de confort cuando se refiere al amor, porque prácticamente
nadie la entiende como tal.

Es más, aquellas personas que en el amor no estén dispuestas a abandonar sus zonas de confort, están destinadas al fracaso sentimental.

Pero este es sólo un escenario realista de los cientos que te puedo presentar.

Abandonar tu zona de confort es algo que haces cada día sin darte cuenta.

Y con suerte después de este post tendrás una perspectiva de ella mucho más sana.

Para mí, no salir de tu zona de confort es una manera de cortarte las alas a ti mismo, limitar tu vida en todos los aspectos de la misma.



Así salí de mi zona de confort varias veces en un solo día.

Te voy a compartir un caso personal donde salí de mi zona de confort en múltiples ocasiones un un solo día:

Recuerdo la primera vez que visité Francia en el año 1997.  Estaba yo tomando una capacitación de 30 días en Londres, Inglaterra, sin embargo, llegó un día festivo, y un puente, es decir, un fin de semana largo.

Durante ese fin de semana no iba a haber clase entonces tomé la decisión casi impulsiva decidí ir conocer París en Francia y para desplazarme hacia allá utilizaría el tren de alta velocidad que pasa por debajo del del mar.

Quería vivir la experiencia de poder estar el fin de semana en París entonces en un impulso compré mi boleto y de inmediato me trasladé a la estación de Waterloo.

Fui a la estación y así ese el jueves en la noche salí.

Yo quería vivir la experiencia entonces me subi al tren para viajar.

Me Subí al Tren

Ya estando en el tren, iba yo muy emocionado por primera vez pasar por debajo del mar entonces pues estaba muy contento muy impactado de experimentar eso.

El tren comenzo a avanzar, primero saliendo de de Londres, todo normal como cualquier otro tren y después de un rato entramos a un tunel.

Poco a poco la expectativa se me fue apagando porque simplemente iba yo adentro de un túnel como cuando uno va en el metro de la ciudad de México.

Así que de pronto me di cuenta que no había una experiencia diferente, solo túnel túnel túnel túnel.

Después de un rato me di cuenta que no había nada más que ver y me fui quedando dormido.

Después de un tiempo, un ruido me despertó.  Una puerta que abrió y cerró en el vagón y una voz en francés se escuchó en los altavoces.

No hablaba yo francés en ese tiempo, pero me pude dar cuenta que se trataba de los oficiales de migración solicitando los pasaportes de los apsajeros.

Así que busqué mi pasaporte.  Lo traía yo a la mano y en cuanto me lo solicitaron. lo mostré.

¿Y los Mapas?

De pronto mientras el oficial revisaba mi pasporte,  giro mi mirada hacia unos compañeros pasajeros orientales que venían sentados muy cerca de mí.

Con cierto asombro veo que estaban revisando un mapa de París y en ese momento mi corazón se detuvo y después empezó a latir muy rápido.

Pensé, “un mapa de París… ¿y a qué hora se los dieron’.  A mi no me dieron mapa por estar dormido”.

Entonces lo que hice fue comenzar a pensar: ¿Qué haré cuando llegue a donde voy?, ¿Qué voy a hacer?

La realidad era que yo NO había planeado nada de eso y simplemente me monté en el impulso de visitar París en el puente y compré mi boleto.

Pero no planeé, ni siquiera reservé un hotel, ni siquiera sabía donde iba a dormir o a comer.

El tren siguó avanzando…

Al salir de ese túnel, ya en Francia, comencé a ver el paisaje y yo solo pensaba “¿Qué voy hacer cuando llegue?” “¿Qué voy a hacer?”

Llegamos a la estación Gare du Nord y decidí caminar siguiendo a la mayoría de la gente.

Algo que me impactó fué escuchar el idioma.

Ahí en la estación hablaban un idioma que yo no entendía. Ya no hablaban en inglés.

Cuando yo me subí al tren todo fue en inglés yo entendía perfecto pero cuando llegamos a Francia ya no había inglés, entonces eso es un impacto terrible porque iba yo solo porque no conocía a nadie en la zona y no tenía un mapa y no tenía un plan.

Entonces voy siguiendo a la mayoría de la gente que se bajó del tren y ahí voy atrás de ellos.

Primer Reto Cambiar Dinero

De pronto vi un lugar donde se cambiaba dinero en ese tiempo todavía no había euros,  todavía no existían los euros, entonces, yo llevaba Libras Esterlinas y necesitaba cambiar por Francos.

OK, en primer lugar lo que voy hacer es comprar unos francos, comprar unos francos.

Me acerqué a la casa de cambio y sin hablar solamente solté mis billetes de Libras Esterlinas y no dije nada. Solo esperé a que me dieran lo que corresponde.

Me dieron el dinero ya en francos y los traté de meter a mi cartera pero mi sorpresa fué el tamaño de los billetes.

Estos eran mucho más grandes que los de mi cartera mexicana.

Segundo Reto Comprar un Mapa.

En eso estaba cuando veo a unos 5 metros una tienda de Mapas.

Wow, ahí debe estar el mapa que necesito. Asi que me meto y veo de repente mapas,  pero también vi un libro que decía en inglés Let’s Go Paris!

Excelente, me encantó la idea y además estaba en inglés y luego lo abrí lo comencé a hojear y me di cuenta que era un libro impresionante.

Era un libro para turistas con todos los detalles de lo que un turista puede hacer, que visitar, cuánto cuesta,  como se puede llegar.

Todo era increíble, un libro increíble entonces decidi comprarlo.

Fui y utilizando la misma técnica del mudo pagué mi libro.

Compré el libro y yo pensaba que ahora sí, me iba empezando a hacer sentido todo.

Tercer Reto, Salir a la Calle

Me senté en una banca de la estación del tren.

Una banca sin salir todavía a la calle.

Tenía un pavor por salir a la calle y no sabía a que me iba enfrentar.

Entonces empecé estudiar el libro y a identificar lugares en el libro.

Comencé a ver hoteles y a conocer las diferentes zonas (el libro incluso mostraba las zonas peligrosas y con delincuencia).

Pero llega un momento en que estába apunto de salir de mi zona de confort y decidí posponerlo.

Decidí pasar mucho más tiempo estudiando.

Me dediqué muchísimo tiempo, casi hora y media leyendo el libro y diseñando y modificando estrategias para el fin de semana.

Y por más que entendí lo que quería hacer por alguna razón no me podía yo parar de esa banca.

Seguía leyendo, seguía rediseñando la estrategia hasta que de pronto pensé “ya es el momento” .

Cuarto y Más Grande Reto, Comprar un Boleto del Metro.

Un dato interesante es que para poder moverme a los lugares que quería vistar el fin de semana, decidí que me iba mover en el metro.

En ese tiempo los boletos del metro eran un sistema muy complejo ya que su costo dependía de la distancia a recorrer y se compraban en una taquilla donde había una persona con la que se debia hablar y pedirle el boleto correcto.

No era lo mismo ir a cinco que a 10 estaciones más lejos.

Todo estaba dividido como en círculos y si tú salías de un círculo con un boleto incorrecto te hacías acreedor de una multa.

Pero en el libro descubrí que existían también unos pases para todo el fin de semana en donde solo comprabas un boleto y ese mismo boleto lo podías usar todo el fin de semana y no tenías que estar comprando uno cada que te fueras a subir.

El pase de fin de semana además era válido para todas las zonas y me pareció excelente idea comprarlo para simplificar mi vida.

Mi siguiente paso fue ir al metro a buscar ese pase.

En el libro me decían como cómo pedirlo en francés, entonces estaba yo ensayando como pedir el pase.

“Un pass trois jours pour toutes les zones et toutes les directions”

Me formé en la fila que estaba en la taquilla de los boletos y entró un nuevo miedo…

El miedo a pedir los boletos y que no me entendieran nada de mi recién ensayado Francés.  Esto porque a ellos no les gusta hablar inglés y ya me lo habían advertido que no se me fuera a ocurrir hablarles en inglés.

La fila avanzaba y yo con mi miedo lo que hacía era salirme de la fila y volverme a formar para seguir ensayando y observando como lo pedían otros.

Me salí de la fila unas 3 veces y luego me salí de mi zona de confort…

Finalmente ya no me salí de la fila, pedí mi boleto de tres días.

Si me entendió la señorita y me dio el boleto correcto y dije wow asunto de transporte arreglado para todo el fin de semana.

Tenía un increible boleto para todos los días y todas las zonas y todas las horas.

Así fué como salí varias veces de mi zona de confort.

Rompí esa esa barrera mental salí de la estación, pedí mi boleto hablando francés por primera vez en mi vida, nunca había hablado en francés y lo primero que hablé en francés fué quiero comprar un boleto para tres dias y todas las zonas.

“Un pass trois jours pour toutes les zones et toutes les directions”

Y bueno de ahí pues ya ahora si estaba yo listo para seguir saliendo de mi zona de confort.

Quinto Reto, Reservar Habitación de Hotel

Lo siguiente era un hotel y ahí ya fue un poco más fácil porque en los hoteles si te hablan en inglés. Ubiqué el hotel y me fui hacer mi reserva de habitación.

Y luego ya con toda esa experiencia ya no había tanto problema de seguir haciendo lo siguiente.

Sexto Reto, Comer en Un Restaurante

Mi siguiente paso fue comer. Recuerdo que de postre pedí “tarte aux pommes” (tarta de manzana).

Y después de comer visitar lugares,  subir a la torre Eiffel,  comprar el boleto para subir.

El Primer Reto me Impulsó a los Demás

Pero lo importante aquí fue el primer paso.  El primer paso, salir de esa zona en la que yo solito me puse.   Yo mismo creé el problema sin planear nada.  Me puse en el problema y después lo fuí resolviendo porque no tenía muchas opciones.

Cuando ya no tienes opciones lo único que haces es ver para adelante. Sales de la zona de confort y se te va haciendo más fácil.

Fué un increíble fin de semana el cual pasé yo solo por primera vez en un lugar desconocido pero fué increíble y la pasé muy bien, incluso conocí personas y tuve contactos que todavía conservo así es que ese es un ejemplo de cómo salir de la zona de confort

Porque como dirían muchos, qué necesidad hay de salir de tu zona de confort, ¿verdad?

Y eso pensaba yo en algunos momentos.   “Me hubiera quedado en Lóndres…”

Pues amigos, aunque no puedo describir con exactitud lo estresante que supuso ser esta situación para mí en su momento, esta supuso una de las experiencias de gran crecimiento personal que he vivido.

Sobre todo, vivir en mis carnes y entender por primera vez lo que realmente suponía salir de la zona de confort.

Porque al fin y al cabo, eso es la vida, un camino con obstáculos.


Mi Séptimo Reto fué aún más grande

A Partir de esa experiencia que me marcó, decidí fijarme el reto no solo de volverlo a hacer, sino hacer algo más grande.

Decidí en primer lugar volver varias veces a Francia y aprender a Hablar Francés, en segundo lugar vivir en Francia y en tercer lugar Estudiar en una Universidad de París.

Así fué que en el año 2002, ya habiendo estudiado el Idioma, me mudé a París a Estudiar mi maestría en el “Institut National des Télécommunications” hoy “Télécom & Management SudParis”

Así que en definitiva, sí, salir de la zona de confort sí es importante y necesario para nuestra felicidad, así que atrévete, salta en paracaídas, di te quiero, corre una maratón o viaja sólo, pero sal de tu zona de confort.

Al fin y al cabo el mayor efecto secundario de salir de ella es el crecimiento como persona.

Recuerda,

Es Tu Elección Vivir la Vida al Máximo

Pastor Cortés
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Pastor Cortés