Una visión es una imagen visual de un estado futuro (que puede ser del planeta o de una persona en concreto) y es utilizada a menudo en el mundo de los negocios para inspirar a los seguidores de un líder determinado a alinearse con dicha visión para conseguir unos resultados muy concretos.

 

 

Los seguidores quieren que sus líderes les guíen a través de caminos cada vez más importantes. De hecho, ellos juzgan a sus líderes basándose en esta capacidad para llevarles más allá de sus propios límites. Cuando se describe una visión, ésta debe transmitir las siguientes sensaciones:

• Inspiración.
• Entusiasmo.
• Fuerza.
• Valor.
• Emoción.
• La necesidad de movernos hacia delante.
• Posibilidad.
• Una imagen muy clara del futuro.
• El cambio que quieres ver en el mundo.

Si has alcanzado tu gran visión / objetivo último a lo largo de tu vida, entonces ha llegado el momento de reinventar ese objetivo final (tu juego final puede haber sido un objetivo en sí mismo). Si no reinventas tu visión (o, al menos, la haces evolucionar un poco), dejará de inspirar a tus seguidores. Una vez que llegues al final de tu camino, tus seguidores montarán una fiesta y dirán: “¿Y ahora qué?” Se volverán hacia ti para que los inspires y los guíes hasta alcanzar el siguiente gran éxito.

Del mismo modo, tu visión es algo que puedes alcanzar durante tu vida o quizá no, y eso está bien. Puede que desees que tu visión sea tan grande y tan inspiradora que las generaciones futuras tendrán que seguir trabajando en ella para hacerla realidad.

Si una visión es inspiradora, hará que la gente actúe para verla hecha realidad, que se mueva hacia delante. De alguna manera, debe despertar emociones y provocar entusiasmo en tus seguidores. Esto se consigue hablando claramente de ese futuro que se imagina, de manera que la gente pueda verdaderamente interiorizar cómo esta visión afectará su futuro. Si una visión no emociona a la gente, entonces no conseguirás que hagan nada para que se haga realidad.